



Muy atrás quedaron los tiempos en los que el profesor exigente era valorado. Hoy el profesor exigente es condenado a irse de la universidad o a convertirse en un profesor blando que hace lo que los estudiantes quieren. En este sentido hay que decir que la mercantilización no solo tiene que ver con los vínculos entre profesores y estudiantes sino con las situación laboral de los profesores. Quien decide hoy dedicarse a enseñar, debe tener claro que este es un trabajo que no enriquece a nadie, un trabajo exigente, mal pago en términos de dinero, pero con un plus de gratificaciones personales que es lo que lo hace atractivo. EL trabajo de enseñar no enriquece en términos de plata pero es una tarea titánica que exige del docente su mejor esfuerzo no solo como personas que se dedica a estudiar sino como ser humano que está en contacto con otros que están experimentando un proceso de aprendizaje y formación. Ser profesor implica estar actualizado y también trae consigo la tarea de observase permanentemente, de evaluarse y de trabajar por hacer las cosas cada vez mejor. De esta manera el ejercicio de enseñar es dinámico y permite la movilidad no solo de conocimientos sino de actitudes, emociones que es lo que lo hace más entretenido. En este sentido podría decir que nunca se termina de aprender a ser profesor. Este es un proceso duro, de todos los días, con sus altas y bajas, pero lo mejor, con grandes aprendizajes, lleno de posibilidades de replantearse y de ser otro, en una versión mejor, cada vez. Pero, toda esta mística docente tiene hoy validez, sentido?. Dada la mercantilización de la educación, unida al fenómeno de la precarización laboral de los profesores que se ven a obligados a convertirse en una máquina de enseñar o en un mercenario de clases que debe conseguir horas aquí y allá, un sujeto flexible, para poder juntar un sueldo medianamente digno. No se, pero para mí lo que le da sentido a la labor de enseñar es entender el oficio como un oficio maravilloso, como una pasión, algo que supera el hecho de ganarse la vida con eso, ser profesor siento que puede ser una forma de entender el mundo de aproximarse a la realidad. Ya al pasar al terreno de lo práctico, creo que hay que entender que hoy el fenómeno de la educación es diferente y hay que buscar la forma de entender hoy por qué va uno a la universidad, sea estudiante o profesor.
Prometo continuar ahondando en este diagnóstico mientras pienso mejor las soluciones a uan situación tan compleja.