lunes, 7 de febrero de 2011

El Gran Concierto: La ironía total


Esta es una película divertida en la que el ex-director de la orquesta del prestigioso tetaro Bolshoi, obsesionado con un concierto de Tchaicovsy durante el que fue humillado, convertido en aseador del Bolshoi, decide en un arranque de locura reivindicar a su orquesta y el concierto que lo obsesiona. Así, Andrei Filipov emprende una loca carrera por juntar a quienes fueron sus músicos cuando era director. A fines de los 80 en la decadencia del régimen comunista, cada uno hace oficios diversos él debe disuadirlos para que lo acompañen a París para el gran concierto. En medio de eso ocurren gran cantidad de situaciones, absurdas, cómicas, que lo hacen partir a uno de la risa. Al llegar a París, este grupo de judíos rusos no ensayan se embriagan, se pierden en el metro, buscan sus contactos con el comunismo francés y pareciera que todo va a ser un fracaso. Pero el día del concierto es tal la comunión entre los músicos que todo resulta perfecto. Además la solista que pidió el director Filipov acepta y lo que fue un contrato por una presentación se convierte en una gira mundial.
Lo que no saben los directores del teatro francés que los invitó a tocar, es que ellos no son la verdadera orquesta del Bolshoi pero después del éxito eso no importa.
En paralelo a la historia de la orquesta está el drama de la solista invitada a tocar a Tchaicovsky, una niña abandonada por sus padres que fueron desterrados por el régimen ruso. Anne Marie, la solista, al encontrar su origen, entiende muchas cosas sobre su vida.
Una película super divertida llena de absurdos muy entretenidos, conmovedora, con personajes un poco estereotípicos pero hilarantes. La música sin duda es la gran protagonista.




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