Esta novela fue otra de mis lecturas el año pasado. Me demoré leyéndolo aunque no es largo. Me pareció pesado, lleno de situaciones embarazosas. La historia, como dice su título, transcurre entre un viernes y un domingo. Se trata del reencuentro de un grupo de amigos, que en su juventud, militaron en el ejercito rojo alemán.
Esos encuentros después de tanto tiempo, como lo evidencia esta novela, reunen a las personas en torno a un recuerdo, de las situaciones y de ellos mismos. Las situaciones que ocurrieron son recordadas por cada uno de forma distinta, versiones diferentes de lo que ocurrió. Ya ninguno es el mismo: se han casado, han triunfado profesionalmente, se han reproducido, no son los mismos de antes solo los une un recuerdo ya deforme. Ese recuerdo distorsionado de los tiempos juveniles hace que se den situaciones de confrontación entre ellos y de ellos con Jorg el protagonista recién salido de la cárcel, y en torno al que se organizó la reunión. Jorg tiene una extraña relación con su hermana quien le profesa una devoción increíble.
En un momento aparece también el hijo de Jorg quien le hace una serie de reproches por el tiempo perdido, el abandono.
Este libro no me pareció fácil... en algunos momentos me aburrió, y hasta me incomodó. Es una historia interesante que evidencia que no somos siempre los mismos, que en muchas ocasiones lo único que nos une a otros es el recuerdo, una etapa de la vida, una suerte de locus amenus que ya no volverá.
Hay otro aspecto muy importante de la novela que tiene que ver con cómo a través de esta reunión de amigos, de la liberación de Jorg se reconstruye un momento de la historia alemana.
Terminé de leerlo pero no lo repetiría.
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