Estuve en el lanzamiento de la campaña al senado del senador Robledo y de Germán Navas a la cámara. Como siempre este tipo de eventos son un espectáculo pero creo que lo más importante de este fue el hecho de que en su discurso el senador Robledo, del ala sectaria del MOIR confirmó su disposición a apoyar completamente la campaña a la presidencia de Gustavo Petro y además dejó claro que también estaría dispuesto a conversar con otros sectores políticos mientras existieran coincidencia programáticas importantes. Este hecho me alegró, porque creo que así el Polo puede tener más oportunidades como partido. Porque el luchar solo, sin apoyo, claramente lo dejaría fuera del juego.
Aunque la situación electoral para le presidencia sigue siendo un misterio por culpa de “las encrucijadas del alma” de este payaso, me parece importante que los partidos estén pensando en sus estrategias y en los posibles escenarios que deberán enfrentar. Hay que decir que aunque el Polo parezca unido, es un partido que debido a la pésima alcaldía de Samuel Moreno en Bogotá, ha perdido credibilidad entre la población. Además el hecho de que sea un partido que critica muchísimo y propone poco, pone a pensar a la ciudadanía. Cuando se elige se hace pensando no solo en la coherencia de un discurso sino en que ese discurso sea fácilmente transformado en prácticas que beneficien a las mayorías necesitadas.
Ya es un gran paso que el Polo en pleno decida apoyar a Petro, como debió ser desde el inicio ya que fue un triunfo legal, pero al Polo aún le falta mostrar hechos concretos que evidencien que su interés en el pueblo es algo que trasciende su discurso sobre el pueblo y se vean acciones, proyectos de ley y debates que estén a favor de los intereses del pueblo. No se trata únicamente de hacer una oposición desde el discurso, los debates y demás, se trata de que el trabajo de la oposición no solo sea en contra de lo establecido sino fundamentalmente, a favor de quienes no tiene voz, de quienes tiene grandes necesidades y deben ser escuchados. Yo creo que el Polo, por ejemplo debería luchar por una reforma laboral que permitiera mejores condiciones, más dignas, para todos los trabajadores y apartarse un poco de su papel de descubridor de ollas podridas.
En conclusión, bien por ese paso del Polo, pero que no crean que es lo único que deben hacer decir, hablar. Deben demostrar con hechos esa unión y resignarse a que la alcaldía de Bogotá es un puesto que ya perdieron gracias a Samuel y su horrible labor.
PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CAROY CUERVO
Columna publicada hoy diciembre 9 de 2009 en el diario El Nuevo Día de Ibagué
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