sábado, 30 de enero de 2010

Buenos Aires: entre las librerías, los cafés y las tiendas de ropa

Al hablar de Buenos Aires para mí como mujer siempre será difícil decidir qué es lo mejor de la ciudad: si las librerías, los cafés o las tiendas de ropa.
Empezaré por las tiendas de Ropa y me referiré específicamente a todas las de diseño independiente que hay por el barrio San Telmoy por Palermo. Todas son tiendas pequeñas, donde se puede mirar, probar, preguntar y con paciencia te indican sobre las prendas, las telas y las opciones para llevarlas. Además creo que lo mas chevere de estas tiendas es que hay miles de cosas originales desde bombachas, vestidos, polleras, hasta accesorios como balacas, aretes, hebillas entre otros. Uno encuentra vestidos coloridos, faldas, camisetas en fin de todo, muy original, y a precios razonables. En el barrio Palermo en el sector de Palermo Soho, la locura aumenta pues hay más alamcenes de ropa donde se consiguen cosas preciosas, super originales, coloridas, atrevidas pero en este sector los precios se aumentan, que lástima para mí.
En los Shoppings la cosa cambia pues son mucho mas caros, y claro, cositas en serie. En definitiva las tiendas de San Telmo fueron mi perdición y fue en ellas donde hice mis pocas compras, después de buscar en los baules de ofertas en donde si se tiene paciencia se encuentran cosas divinas.

Con respecto a las librerías, me asombró que toda la gente en Buenos Aires lee. revistas, periódicos o libros, es frecuente encontrar en el subte o en los parques, a gente leyendo. Eso explica por qué tanta librería de tan buena calidad. En todas las que recorrí por Corrientes, por Talcahuano, por Santa Fé fueron librerías con novedades en literatura, en filosofía, en todo. Era frecuente encontrar en muchas librerías las obras completas de Freud o las de Borges o Cortazar, además de como digo, novedades de autores como Bauman, Kristeva, entre otros. Del mercado del usado de libros ni hablar, es excelente y se consiguen verdaderas joyas que vale la pena comprar. Debo decir que me gustaron más las librerías pequeñas, como abarrotadas de libros, que las majestuosas como El Ateneo. Aunque no puedo negar que llegar a un lugar como el Ateneo de la Calle Sanrta Fé es un impacto gigante, a mi me gustaron más las pequeñas, más íntimas y acogedoras. Una de las que más me gusto fue una en el barrio Palermo ahí leí un libro que recomiendo de Editorial Emecé de Mariana Enriquez los peligros de Fumar en la Cama un libro con muy buenos cuentos, todos diferentes, bien escritos y divertidos.
Con respecto a los cafés me impactó siempre el hecho de que hubiera varios por la ciudad, siempre activos, y con una apariencia europea que los volvía para mi fascinantes, como un escenario de novela o de cuento. El mobiliario de madera y cuero, los meseros con corbatín, las vitrinas de madera todo siempre tan bien servido... francamente siempre que pasaba por un café pensaba en dos cosas: en mi viejo que le encantan los cafés y en ese tango hermoso y triste Cafetín de Buenos Aires, ahí lo entendí todo...

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