Cuando era niña mis papás nos llevaron a la Hacienda Nápoles. Mis recuerdos son maravillosos: El viaje por tierra en el Reanult 4 rojo que por primera vez no se varó, y el haber visto de cerquita a animales que solo uno veía por televisión. Pude ver avestruces, camellos, pavos reales, elefantes, jirafas, cebras, hipopótamos y otros más que no recuerdo. Lo que era genial de esto era que los animales estaban sueltos y uno los podía ver muy de cerca. Mis recuerdos son maravillosos.
Hoy, no se cuántos años después volví. Y lo que hay es un pastiche muy chistoso. Se conserva la emblemática y extravagante entrada con la avioneta pero de ahí nada más. La Hacienda Nápoles es, según quienes lo administran, un parque temático. Pero la verdad le pusiseron así sin saber en realidad qué diablos es un parque temático. En este sitio hay: zoológico, un parque que recuerda a los dinosaurios hecho en cemento y que hacen unos ruidos pregrabados bastante chistosos y lo que quedó de la finca del narco Pablo Escobar y que llaman memorial. Así la Hacienda Nápoles es un sancocho temático administrado por paisas que cobran carísimo por todo: ejemplo una cerveza en lata 4200 y el recorrido sin derecho a baño en las piscinas, 22.000 y con derecho a baño 29.000.
El pastiche es tan chistoso, que el recorrido dentro del parque se hace en chivas pintadas con motivos africanos y bautizadas con nombres como Senegal, Kenia, y otros paises africanos.
Al entrar al memorial, encuentra uno las ruinas de la casa de Pablo, las ruinas de su colección de carros clásicos, todos oxidados menos su renault blanco en perfecto estado (el carro colombiano). En las ruinas de la casa hay una especie de museo que recuerda las atrocidades de Escobar, las muertes, bombas y demás barbaridades que cometió mientras huía del gobierno. También se puede visitar la plaza de toros que tenía la hacienda y allí ver fotos de los visitantes frecuentes como Santofimio que aparece en casi todas las fotos. Recorrer las ruinas de la casa me pareció triste, se siente una energía pesada, densa, termina uno de ver eso como avergonzado, como con tristeza de saber que eso somos.
El zoológico es una verdadera tristeza. Hay pocos animales y están encerrados y no libres como yo recordaba. Las cebras tienen unos hijos que parecen burros con medias veladas de estampado animal. No sé qué habrá pasado. Solo hay un puma, un jaguar, unos flamencos, y un mico araña. Además de eso nada. Supongo que todos los animales que había traficado Escobar murieron o se los robaron, que lástima.
Una de mis conclusiones es que la Hacienda Nápoles claramente no es un parque temático sino un sancocho temático en donde hay de todo. Pablo Escobar sigue siendo un mito que despierta mucho morbo y a veces veneración y admiración.
Cuando fui la mayoría de asistentes eran familias paisas o grupos de amigos paisas que se bañaban en calzoncillos en las piscinas, situación que me pareció vergonzosa.
La idea del parque a mediano plazo es construir un hotel 5 estrellas de inspiración africana, para continuar con el sancocho temático. En definitiva mi recuerdo era maravilloso y lo que vi es fracamente decadente y mal concebido. Mi recomendación es que no vale la pena ir ya no hay nada que ver los animales ya no están y además es demasiado caro. Pero si quieren ir y llevarse su propia impresión, allá ustedes.
Hoy, no se cuántos años después volví. Y lo que hay es un pastiche muy chistoso. Se conserva la emblemática y extravagante entrada con la avioneta pero de ahí nada más. La Hacienda Nápoles es, según quienes lo administran, un parque temático. Pero la verdad le pusiseron así sin saber en realidad qué diablos es un parque temático. En este sitio hay: zoológico, un parque que recuerda a los dinosaurios hecho en cemento y que hacen unos ruidos pregrabados bastante chistosos y lo que quedó de la finca del narco Pablo Escobar y que llaman memorial. Así la Hacienda Nápoles es un sancocho temático administrado por paisas que cobran carísimo por todo: ejemplo una cerveza en lata 4200 y el recorrido sin derecho a baño en las piscinas, 22.000 y con derecho a baño 29.000.
El pastiche es tan chistoso, que el recorrido dentro del parque se hace en chivas pintadas con motivos africanos y bautizadas con nombres como Senegal, Kenia, y otros paises africanos.
Al entrar al memorial, encuentra uno las ruinas de la casa de Pablo, las ruinas de su colección de carros clásicos, todos oxidados menos su renault blanco en perfecto estado (el carro colombiano). En las ruinas de la casa hay una especie de museo que recuerda las atrocidades de Escobar, las muertes, bombas y demás barbaridades que cometió mientras huía del gobierno. También se puede visitar la plaza de toros que tenía la hacienda y allí ver fotos de los visitantes frecuentes como Santofimio que aparece en casi todas las fotos. Recorrer las ruinas de la casa me pareció triste, se siente una energía pesada, densa, termina uno de ver eso como avergonzado, como con tristeza de saber que eso somos.
El zoológico es una verdadera tristeza. Hay pocos animales y están encerrados y no libres como yo recordaba. Las cebras tienen unos hijos que parecen burros con medias veladas de estampado animal. No sé qué habrá pasado. Solo hay un puma, un jaguar, unos flamencos, y un mico araña. Además de eso nada. Supongo que todos los animales que había traficado Escobar murieron o se los robaron, que lástima.
Una de mis conclusiones es que la Hacienda Nápoles claramente no es un parque temático sino un sancocho temático en donde hay de todo. Pablo Escobar sigue siendo un mito que despierta mucho morbo y a veces veneración y admiración.
Cuando fui la mayoría de asistentes eran familias paisas o grupos de amigos paisas que se bañaban en calzoncillos en las piscinas, situación que me pareció vergonzosa.
La idea del parque a mediano plazo es construir un hotel 5 estrellas de inspiración africana, para continuar con el sancocho temático. En definitiva mi recuerdo era maravilloso y lo que vi es fracamente decadente y mal concebido. Mi recomendación es que no vale la pena ir ya no hay nada que ver los animales ya no están y además es demasiado caro. Pero si quieren ir y llevarse su propia impresión, allá ustedes.
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