Para empezar no soy economista ni estudié finanzas, así que mi opinión a este respecto es la de una ciudadana común que fue tentada por esos rendimientos.
El caso de DMG no es sencillo pues a uno le quedan varios interrogantes no solo sobre esta empresa, sino sobre la intervención del estado, el sistema financiero del país, y la ética colombiana. Escuchaba la semana pasada en la radio a María Jimena Dusán quién decía que todo se debía a que en Colombia reinaba una cultura mafiosa del dinero fácil. Y si, tal vez esa cultura exista, pero no creo que ella únicamente sea la responsable de la proliferación de sistemas como el de DMG y DRFE. Considero que este problema es multifactorial y tal vez por eso el gobierno decidió, tardíamente como siempre, declarar la emergencia social que junto con la conmoción interior muestran un panorama nefasto del país.
Uno de los factores que creo que hizo que estos negocios se crecieran y colapsaran, es la falta de oportunidades para acceder al sistema financiero de muchos colombianos. La otra relacionada también con los bancos y el sistema financiero son las múltiples desventajas y pérdidas que les generan a los clientes: cobros de impuestos por consultas, retiros, consignaciones (si aunque suene increíble, si) transferencias, entre otros movimientos bancarios que se cobran. Estos costos finalmente hacen que el ahorrador, que mete plata pensando en obtener algo de ganancia, resulta es debiéndole al banco por manejos y otras cosas que se han inventado, para a fin de año salir a decir que sus ganancias han sido de billones de pesos, con toda razón si no dejan que le cliente se beneficie es muy fácil ganar.
Yo se que la crisis nos ha golpeado, pero no hay derecho que en un CDT se generen más pérdidas que ganancias y además solo reciban ciertas sumas, porque los sistemas que han colapsado recibían desde 100.000 pesos.
Es cierto que miles de colombianos de todos los estratos están involucrados en esto de las pirámides, porque claro es mejor, piénselo ustedes, meter un millón en eso que los rendimientos que da un CDT. Los bancos no sé que están pensando si les montaron competencia de frente y ellos, ni se inmutaron. Y el gobierno en lugar de reestructurar el sistema financiero permitiendo que todos podamos acceder a él en condiciones dignas, piensa en una medida paliativa que no va al fondo del asunto, lo de siempre pura improvisación.
El gobierno conocía de estos negocios hace mucho tiempo y muchos miembros de la policía, el ejército y la rama judicial han invertido en ellos pero el gobierno en lugar de regular el asunto para evitar lo que sucedió, espero negligentemente a que la cosa alcanzara dimensiones absurdas, para intervenir, eso es una vergüenza.
Sobre la ética colombiana de María Jimena pienso que eso influye pero a la vez muestra la falta de oportunidades de este país, y pone en evidencia que en este país hay dinero líquido y no poco.
Ahora la gente que invirtió está esperando a ver con que le sale el gobierno, pero la verdad yo les recomiendo a quienes invirtieron que mejor se hagan a la idea de que los tumbaron y así duermen más tranquilos y no les pesa el remordimiento. Les espera, como a todos los colombianos un diciembre austero.
PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO
El caso de DMG no es sencillo pues a uno le quedan varios interrogantes no solo sobre esta empresa, sino sobre la intervención del estado, el sistema financiero del país, y la ética colombiana. Escuchaba la semana pasada en la radio a María Jimena Dusán quién decía que todo se debía a que en Colombia reinaba una cultura mafiosa del dinero fácil. Y si, tal vez esa cultura exista, pero no creo que ella únicamente sea la responsable de la proliferación de sistemas como el de DMG y DRFE. Considero que este problema es multifactorial y tal vez por eso el gobierno decidió, tardíamente como siempre, declarar la emergencia social que junto con la conmoción interior muestran un panorama nefasto del país.
Uno de los factores que creo que hizo que estos negocios se crecieran y colapsaran, es la falta de oportunidades para acceder al sistema financiero de muchos colombianos. La otra relacionada también con los bancos y el sistema financiero son las múltiples desventajas y pérdidas que les generan a los clientes: cobros de impuestos por consultas, retiros, consignaciones (si aunque suene increíble, si) transferencias, entre otros movimientos bancarios que se cobran. Estos costos finalmente hacen que el ahorrador, que mete plata pensando en obtener algo de ganancia, resulta es debiéndole al banco por manejos y otras cosas que se han inventado, para a fin de año salir a decir que sus ganancias han sido de billones de pesos, con toda razón si no dejan que le cliente se beneficie es muy fácil ganar.
Yo se que la crisis nos ha golpeado, pero no hay derecho que en un CDT se generen más pérdidas que ganancias y además solo reciban ciertas sumas, porque los sistemas que han colapsado recibían desde 100.000 pesos.
Es cierto que miles de colombianos de todos los estratos están involucrados en esto de las pirámides, porque claro es mejor, piénselo ustedes, meter un millón en eso que los rendimientos que da un CDT. Los bancos no sé que están pensando si les montaron competencia de frente y ellos, ni se inmutaron. Y el gobierno en lugar de reestructurar el sistema financiero permitiendo que todos podamos acceder a él en condiciones dignas, piensa en una medida paliativa que no va al fondo del asunto, lo de siempre pura improvisación.
El gobierno conocía de estos negocios hace mucho tiempo y muchos miembros de la policía, el ejército y la rama judicial han invertido en ellos pero el gobierno en lugar de regular el asunto para evitar lo que sucedió, espero negligentemente a que la cosa alcanzara dimensiones absurdas, para intervenir, eso es una vergüenza.
Sobre la ética colombiana de María Jimena pienso que eso influye pero a la vez muestra la falta de oportunidades de este país, y pone en evidencia que en este país hay dinero líquido y no poco.
Ahora la gente que invirtió está esperando a ver con que le sale el gobierno, pero la verdad yo les recomiendo a quienes invirtieron que mejor se hagan a la idea de que los tumbaron y así duermen más tranquilos y no les pesa el remordimiento. Les espera, como a todos los colombianos un diciembre austero.
PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO
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