lunes, 26 de julio de 2010

Seda de Alessandro Baricco: la delicadeza


Antes de escribir esta reseña me tomé mi tiempo para saber con preicisón qué decir sobre Seda la exitosa novela de Baricco. No quisiera caer en lugares comunes ni tampoco sobredimensionar o subestimar la novela. En la red hay muchos comentarios que la halagan, otros la destruyen y otros simplemente no la entienden.
Desde mi perspectiva Seda fue una novela que devoré no solo porque es corta, sino porque me fascinó el ritmo casi musical, poético, con el que está contada la historia. Muchas veces Baricco usa repeticiones para describir viajes o rutinas del personaje y ese ritmo me pareció importante y coherente con una trama etérea como la de Seda.
Con respecto a los personajes debo decir que el protagonista de esta obra es el amor más que un perosnaje en específico. El deseo por lo desconocido, enmarcado precisamente por viajes a Japón en busca de huevos de gusanos de seda, sucede esta historia que termina de manera imprevisible, casi confusa, pero que retorna al punto de partida: el deseo y el amor.
Seda cuenta la historia entre Hervé Joncour y su esposa Helene en pequeños y rítmicos capítulos que describen tranquilos paisajes que evidencian el lento paso del tiempo, el ritmo distinto del mundo. Así Joncour termina su vida tranquilo, solo, mirando un lago y visitando la tumba de Helene quien, en mi interpretación, entendió que amar es jugar a ser otro sin dejar de ser uno.
Una novela que se lee rápido que estimula la imaginación, el erotismo, que invita a ver los detalles de todo.

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