Fui a ver esta película porque la verdad me causaba mucha curiosidad, aunque había oído comentarios buenos y malos. La verdad a mí la película me impactó porque muestra la forma vertiginosa en que el mundo se transforma, además de poner en evidencia que conseguir el éxito, no depende solo del talento o de la inteligencia sino de otras habilidades que son muy importantes.
La película es una adaptación de un libro sobre la figura de Mark Zuckenberg el joven multibillonario que es todo un misterio. En la película Mark es un cerebrito, inadaptado social, pero capaz de filtrar y hacer colapsar la red de Harvard. Ahí empieza toda la historia. Mark, consciente de sus habilidades sociales nulas, porque es arrogante, y sabiendo que la vida social de la universidad, le garantiza mejores oportunidades, se inventa Thefacebook. Con una mentirita allí y otra allá, transforma al mundo, al tiempo que gana un montón de plata. La cosa empieza en Harvard, pero se crece hasta ser el monstruo que hoy todos usamos.
Mark se asesora del creador de NAPSTER, el programa de música que hizo quebrar la industria disquera. Es él quien le indica como expandir y negociar con su idea. Porque en esta película el negocio es con ideas, con sensaciones como ser cool o play. A partir de ahí y con un equipo inicialmente pequeño, formado por otros cerebritos, es que empieza a nacer facebook. Pero nada es fácil. Mark debe enfrentar dos millonarias demandas. La película está contada desde la mesa de negociación con los abogados. Allí es que los espectadores sabemos qué pasó. Creo que la película tiene un ritmo interesante, y los personajes son arquetípicos de nuestros tiempos. Si bien La Red Social es una película que muestra con fidelidad los tiempos vertiginosos de hoy, los avances tecnológicos, las luchas jurídicas por propiedades intelectuales, las formas de trabajo contemporáneas, no creo que se merezca las nominaciones al Oscar que entiendo tiene. Hay que verla como un ejercicio sociológico que permite que uno entienda mejor lo que tiene que vivir hoy, lo que hay detrás de facebook que no es otra cosa que el nuevo panóptico: una nueva forma de vigilar, de controlar, de saber quiénes somos, qué deseamos, a quién queremos, disfrazada de artilugio inofensivo.
La película es una adaptación de un libro sobre la figura de Mark Zuckenberg el joven multibillonario que es todo un misterio. En la película Mark es un cerebrito, inadaptado social, pero capaz de filtrar y hacer colapsar la red de Harvard. Ahí empieza toda la historia. Mark, consciente de sus habilidades sociales nulas, porque es arrogante, y sabiendo que la vida social de la universidad, le garantiza mejores oportunidades, se inventa Thefacebook. Con una mentirita allí y otra allá, transforma al mundo, al tiempo que gana un montón de plata. La cosa empieza en Harvard, pero se crece hasta ser el monstruo que hoy todos usamos.
Mark se asesora del creador de NAPSTER, el programa de música que hizo quebrar la industria disquera. Es él quien le indica como expandir y negociar con su idea. Porque en esta película el negocio es con ideas, con sensaciones como ser cool o play. A partir de ahí y con un equipo inicialmente pequeño, formado por otros cerebritos, es que empieza a nacer facebook. Pero nada es fácil. Mark debe enfrentar dos millonarias demandas. La película está contada desde la mesa de negociación con los abogados. Allí es que los espectadores sabemos qué pasó. Creo que la película tiene un ritmo interesante, y los personajes son arquetípicos de nuestros tiempos. Si bien La Red Social es una película que muestra con fidelidad los tiempos vertiginosos de hoy, los avances tecnológicos, las luchas jurídicas por propiedades intelectuales, las formas de trabajo contemporáneas, no creo que se merezca las nominaciones al Oscar que entiendo tiene. Hay que verla como un ejercicio sociológico que permite que uno entienda mejor lo que tiene que vivir hoy, lo que hay detrás de facebook que no es otra cosa que el nuevo panóptico: una nueva forma de vigilar, de controlar, de saber quiénes somos, qué deseamos, a quién queremos, disfrazada de artilugio inofensivo.
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