Había abandonado la escritura de reseñas pero no la lectura de libros, así que hoy arranco con una reseña sobre el libro editado por Alfaguara sobre la obra de Marío Bellatin.
Tenía mucha curiosidad por leer a Bellatin el escritor peruano-mexicano ganador de premios tan prestigiosos como el Médicis o el Xavier Villaurrutia, traducido a varios idiomas y publicado por Anagrama. De Bellatin había oído varios comentarios pero no había leído nada así que luego de esta lectura ya puedo opinar. Debo decir primero de ese volumen de obra reunida, que tiene un prólogo que, para quien no tiene ni idea de la obra de este autor, de sus gustos, influencias y demás es muy orientador. También me gusta el orden en que están las obras pues considero que es equilibrada, que no cansa y permite ver los cambios en la obra y los intereses del autor.
En general Bellatin experimenta en cada una de sus obras ya sea con el tema, con la técnica o con el lenguaje mismo. Debo decir que Salón de Belleza fue una de las novelas que más me gustó y me sentí de pronto recordando a Severo Sarduy y su novela Pájaros en la Playa. Hay otras novelas que tienen una escritura como encriptada o que hablan de personajes genéricos, sin especificidades, como Canon Perpetuo otras que parecen no tener coherencia como Flores y otras en las que yo sentí que invirtió mucho para terminar de la forma en que terminan como el Jardín de la señora Murakami. En general la obra de Bellatin es diversa porque también incluye novelas que mezclan la fotografía y la imagen como textos literarios también lo que convierte su obra en un texto múltiple, amplio, y casi siente uno cuando lo lee que cuestiona los géneros intenta quebrarlos.
Debo decir que Bellatin no me parece tan genial como dicen unos, pero tampoco pésimo como he oído que dicen otros. No me ha enloquecido pero creo tendría en mi biblioteca algunos de sus libros. Creo que el tipo mantiene una búsqueda constante, que es válido, pero siento que veces es demasiado experimental para mi gusto, es decir siento que lo que hace raya con el sin sentido y con lo tonto, porque veo que los relatos son demasiado absurdos y veo allí un afán por figurar mas que una conciencia experimental al estilo Cortázar. Vale la pena leer este volumen de Alfaguara y enterarse de un solo tirón como es la obra del tan mentado Mario Bellatín.
Tenía mucha curiosidad por leer a Bellatin el escritor peruano-mexicano ganador de premios tan prestigiosos como el Médicis o el Xavier Villaurrutia, traducido a varios idiomas y publicado por Anagrama. De Bellatin había oído varios comentarios pero no había leído nada así que luego de esta lectura ya puedo opinar. Debo decir primero de ese volumen de obra reunida, que tiene un prólogo que, para quien no tiene ni idea de la obra de este autor, de sus gustos, influencias y demás es muy orientador. También me gusta el orden en que están las obras pues considero que es equilibrada, que no cansa y permite ver los cambios en la obra y los intereses del autor.
En general Bellatin experimenta en cada una de sus obras ya sea con el tema, con la técnica o con el lenguaje mismo. Debo decir que Salón de Belleza fue una de las novelas que más me gustó y me sentí de pronto recordando a Severo Sarduy y su novela Pájaros en la Playa. Hay otras novelas que tienen una escritura como encriptada o que hablan de personajes genéricos, sin especificidades, como Canon Perpetuo otras que parecen no tener coherencia como Flores y otras en las que yo sentí que invirtió mucho para terminar de la forma en que terminan como el Jardín de la señora Murakami. En general la obra de Bellatin es diversa porque también incluye novelas que mezclan la fotografía y la imagen como textos literarios también lo que convierte su obra en un texto múltiple, amplio, y casi siente uno cuando lo lee que cuestiona los géneros intenta quebrarlos.
Debo decir que Bellatin no me parece tan genial como dicen unos, pero tampoco pésimo como he oído que dicen otros. No me ha enloquecido pero creo tendría en mi biblioteca algunos de sus libros. Creo que el tipo mantiene una búsqueda constante, que es válido, pero siento que veces es demasiado experimental para mi gusto, es decir siento que lo que hace raya con el sin sentido y con lo tonto, porque veo que los relatos son demasiado absurdos y veo allí un afán por figurar mas que una conciencia experimental al estilo Cortázar. Vale la pena leer este volumen de Alfaguara y enterarse de un solo tirón como es la obra del tan mentado Mario Bellatín.
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