miércoles, 5 de mayo de 2010

Columna Mariana Jaramillo: Las tarjetas de crédito una tabla de salvación usadas con moderación

LAS TARJETAS DE CRÉDITO: UNA TABLA DE SALVACIÓN USADAS CON MODERACIÓN

POR: MARIANA JARAMILLO FONSECA

Para muchos lo que voy a decir es un sacrilegio porque es darle mucha plata a los bancos y tienen razón. Lo que ocurre es que a mí en particular, y estoy segura de que a muchas personas más, productos financieros como la tarjeta de crédito, más de una vez nos han sacado de aprietos. Si es cierto que si uno hace cuentas termina pagando el doble pero, ahí viene lo importante, si ud no tiene esa suma en efectivo cuando la necesita porque gana poco, y lo que va a comprar es necesario, ¿por qué no usar en ese momento la tarjeta si le da la oportunidad de dosificar su pago según sus ingresos? Creo yo que si uno sabe usar estos productos con cuidado y sabe planear sus posibilidades de pagar sin quedar endeudado por 8 años creo que es válido usar el recurso.

Otra cosa distinta ocurre cuando la tarjeta se vuelva la única forma que se tiene para cubrir gastos. Ahí se vuelve un problema hasta pagar la cuota mínima mensual. Ahora, existe la opción de usar la tarjeta, como hacen muchos, y no poner plazos en la compra sino pagar en el mes siguiente. Esta alternativa está bien para quien tiene, vuelvo y digo, un sueldo que le permite cubrir un pago de un solo tacazo. Pero para quienes no podemos hacerlo, los plazos están bien. No esas opciones de los bancos de 24 o 36 meses, porque es mucho tiempo, pero si 9 o 10 meses para deudas de un más de un millón de pesos pienso yo.

Otra ventaja de la tarjeta de crédito es que permite ir creando la necesaria historia crediticia con los bancos, que es fundamental para que mas adelante si uno tiene un trabajo estable, le presten para comprar carro o casa. Esa historia crediticia es tan importante que hasta para arrendar vivienda le piden extractos bancarios, y ni hablar de salir del país para países que exigen visa es fundamental demostrar poder adquisitivo y de nuevo, para quienes como yo con el sueldo no es suficiente, las tarjetas bien usadas ayudan.

Sé que por esta columna voy ser más criticada que de costumbre pero no importa. Creo que tener la tarjeta de crédito es tener posibilidades de adquirir cosas que en un momento de emergencia sean necesarias como medicamentos, mercados y hasta plata en efectivo si es necesario. El secreto, para mí, de manejarlas con racionalidad está en saber cuánto está uno en disposición de pagar mensualmente y así saber priorizar gastos porque un uso racional de la tarjeta de crédito exige que ud tenga claro qué es importante y necesario y qué se puede posponer sin traumatismos. Yo también odio los bancos pero en este caso en particular los bendigo porque gracias a las tarjetas he podido desde viajar hasta comprar cosas para la casa, y no estoy en la ruina.

LA ÑAPA: la guerra sucia entre campañas está en su momento más duro. Hay que ver como tratan de encochinar a Mockus pero que eso no sea un obstáculo para votar por él pues se sabe de dónde viene la inmundicia.

PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO

Columna publicada hoy miércoles 5 de mayo de 2010 en el diario El Nuevo Día de Ibagué

2 comentarios:

Gaviota dijo...

En esta ocasión, creo que sí estamos de acuerdo Mariana. Las tarjetas de crédito no se convierten en un ensanchamiento de ingresos, sino en una forma de aplazar el pago. En ese sentido, he sido uno de los que me he visto salvado un par de veces por este mecanismo.

Lo que no me gusta es que las tasas de intereses son las más costosas que hay en el mercado de créditos, y teniendo en cuenta las tasas de captación que manejan, el margen de ganancia es excesivamente alto. He ahí mi problema con los bancos, mas no con el producto en sí mismo.

Buena columna. Saludos.

Mariana dijo...

Gracias por su comentario Gaviota. estoy de acuerdo en que lo grave de todo esto son los altisimos intereses con los que cobran y se enriquecen los bancos que no pierden un peso. Gracias por la lectura un abrazo Mariana