martes, 24 de noviembre de 2009

Visa para un Sueño: la humillación de saber que toca vivir en el INMUNDO y no poder viajar por el Mundo


Este post está escrito desde mi experiencia, bien poca por cierto, así que es bastante posible que no le aplique a la mayoría. No tenía pasaporte porque no he salido nunca del país y moverse con esta nacionalidad es casi un imposible. Esto último lo afirmo no ya desde un lugar hipotético, sino habiéndolo vivido en carne propia. Saqué mi pasaporte por tenerlo y ahora solo puedo sentir que habría sido mejor comerme esa plata o ponérmela, que haber sacado ese papel.
Entiendo bien que los trámites de visas son una jartera y es cierto, son un desgaste. Pero creo que además del desgaste, está el hecho simple de sentir el rechazo, la humillación de no ser apto para entrar a un país. A quienes les han negado la visa gringa en diferentes oportunidades, saben la frustración que se siente, la sensación de impotencia, y la muy interna sensación de descalificación, de rechazo, de ser poca cosa.
Pero mi historia es aún más patética que la negación de una visa importante como la gringa o schengen. A mi me negaron la visa para un país que poca gente visita, un país centro americano y no hablo del potente México, sino de Guatemala. Si señores, me dijeron que no. Pero lo que es más patético, es que al salir de la pequeña embajada me puse a llorar.
Ir a Guatemala a ver las ruinas de Tikal, a comprar artesanías en Chichicastenango, pasear por Antigua y visitar otros lugares turísticos de la poderosa Cultura Maya, era mi ilusión para fin de año y bueno, no se pudo. Mi sensación de frustración es aún peor porque se trata de un país centro americano que en teoría, para mí, no debería pedir visa. Entiendo que lo hacen porque su ubicación los convierte en parte de la ruta para meterse donde los gringos por el hueco.
A parte de mi gran decepción y frustración, creo que esto es una señal de la existencia para que entienda que a mi conocer el mundo me toca como hasta ahora: por libros y viendo el maravilloso Discovery Travel and Living en los ojos de Ian Wright o de Justine Shapiro, algunos de sus viajeros. O con los viajes hermosos de Antony Bourdain.
Para algunos es fácil moverse por el planeta, ser ciudadanos del mundo, tener la mente abierta a través de los viajes. Pero a otros como a mí, nos toca vivir no en el mundo sino en el Inmundo, abriendo la mente a punta de fantasear con lo que describen las novelas y lo que muestran en la TV, y terminar,como siempre, pasando vacaciones en el horrendo Ibagué.

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