jueves, 18 de diciembre de 2008

Salario mínimo o salario ínfimo

Durante estas dos semanas he seguido atentamente las noticias sobre la negociación del salario mínimo. El mínimo colombiano es uno de los mas bajaos de Latinoamérica y somos uno de los países con la gasolina más cara lo que hace que el transporte sea caro también. Nuestra canasta familiar va a aumentar el próximo año, como siempre, mientras el aumento del salario que prometen en la negociación, es casi igual al del año pasado, 6.5 %, y con los costos del próximo año será imposible comprar lo mismo que se compraba este año, que tampoco era mucho.

Los industriales dicen que la economía va a estancarse, que ya se vino la recesión, cosa que se sabía. Pero semanas atrás el ministro Zuluaga decía a grito herido que él tenía la economía blindada, gran mentira.

La crisis es un hecho pero no podemos permitir que el mínimo aumente por debajo de la cifra de inflación prevista pues eso sería un desastre pues la capacidad de compra se disminuiría, además es un atentado contra el “mínimo vital” un concepto de la Corte Constitucional consagrado en la sentencia T 203/07 del magistrado Jaime Córdoba Triviño.

Creo que el mínimo vital me produce sospechas pero me parece que esta bien que lo fijen. Es una seguridad para este país lleno de abusadores que pagan lo que se les da la gana.

Al negociar el aumento del salario mínimo no pueden perder de vista este derecho porque este salario debe permitir acceder, aunque “con modestia” dice la sentencia, a salud, educación, transporte alimentación, vestido, vivienda, y todo lo que atañe a la “digna subsistencia”. Las publicaciones especializadas como Portafolio han hecho cuentas y es un imposible que una familia colombiana promedio viva con un salario mínimo. Tal vez los sindicalistas estén exagerando al pedir desde el inicio un aumento del 14% que ahora va en el 12, 5%. Pero los industriales tienen que pensar en que de los ingresos que reciban los colombianos, depende que sus negocios tengan compradores y que con esas compras a su vez, los colombianos puedan tener ese mínimo, o microscópico vital del que habla la sentencia citada.

Ahora si quiero dejar claro que todo no es plata y la calidad de vida del mínimo vital se puede obtener de otras forma complementarias al salario. Las empresas pueden, además de la plata, ofrecer beneficios. Es decir, ahora las empresas compiten no solo con sueldos sino con beneficios como salud mas barata, educación subsidiada, tiempo libre, capacitación, posibilidad de ascenso, que son cuestiones importantes y mejoran sustancialmente la calidad de vida.

Sería ideal que se llegara a un acuerdo y no se repitiera el aumento por decreto pues así sería más democrático el asunto. La idea sería que el aumento fuera, para mí que no soy economista ni nada, solo una asalariada más, de un 8 o 9 %. Claro, soñar no cuesta nada. Porque es que si bien los sindicalistas han aflojado, los industriales siguen apoyados en la crisis mundial sin ver la realidad del país y del miles de ciudadanos que solo pueden tener ese ingreso, que si sigue siendo ínfimo y no mínimo, va agudizar la crisis acá.

Esperemos que los sindicalistas bajen y los industriales suban para que la cosa sea equitativa y no nos deje tan jodidos. Apoyarse en el mínimo vital para obtener un aumento justo, no se si sea un argumento suficiente pero si pido que a las partes que negocian, que hagan el esfuerzo por conciliar porque si no el patrón nos impone el aumento que quiere y no tendremos derecho a decir nada.

PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO

Columna publicada el miérocles 17 de diciembre en el diario El Nuevo Día de ibagué

No hay comentarios: