No me interesa en este post hacer un recuento biográfico de este señor tan importante para las tradiciones colombianas. Prefiero, más bien, hablar de lo que significó y ha significado su música para mi.
Mis recuerdos de la música de Escalona se remontan a los años 90 más o menos al 92 cuando estaba la serie y se vendían los discos. Los primeros CDs que hubo en mi casa fueron esos, porque mi mamá idolatra a Carlos Vives desde Gallito Ramírez y porque además mi mamá se iba a casar con un señor costeño y la música tropical a ella la mata. (de ahí me teoría sobre la costeña que no fui: recibí la craga simbólica de afecto que tenía mi mamá por la costa su música y demás.)
El siguiente recuerdo se remonta a las fiestas de 15 años a las que iba por esos días y en las que esos vallenatos de Escalona prendían la fiesta. También recuerdo que por esos días se puso de moda celebrar los quince con parranda vallenata. Recuerdo que Jaime Molina era un himno en mi colegio, un himno de amistad que se cantaba en las serenatas de los quince años.
Lo que viene ahora a mi mente es tal vez el recuerdo mas bacano que tiene que ver con la música de Escalona. Porque es que lo importante de este señor no es que se haya muerto, sino que se hizo inmortal con cada canción, con cada historia.
Esta remembranza ocurre en el año 93 o 94 tendría yo unos 15 o 16 años. Para esa época, por lo menos en mi recuerdo, estaba ya el primer disco de Clásicos de la Provincia de Vives que fue para mis papás lo mejor. Mi papá se sentaba a contarme que esas canciones eran muy viejas y que a él le gustaban mucho.
Perdón porque la memoria se mete por recobecos de los que a veces es difícil salir, a veces lo mínimo ahora es importante.
Recuerdo que varias veces yo llegaba a mi casa eso de las 6 de la tarde. La luz de la sala apagada y ese disco de Vives o el de Escalona puestos y mi papá y mi mamá aún juntos, abrazados bailando. Pero no crean que esto era un viernes o un sábado, no. Eso era cualquier lunes, miércoles. Ellos estaban felices bailando y a mi me daba una pena ajena indecible.
Esa música y ellos bailando me llenan el corazón me hace feliz verlos juntos en mi cabeza bailando La Casa en el Aire, El testamento,Pobre Migue, La Brasilera, El Mejoral, La Molinera o La Custodia de Badillo.
Lo bueno de recordar es que a uno nadie le quita lo bailado ¿cierto viejos?
Mis recuerdos de la música de Escalona se remontan a los años 90 más o menos al 92 cuando estaba la serie y se vendían los discos. Los primeros CDs que hubo en mi casa fueron esos, porque mi mamá idolatra a Carlos Vives desde Gallito Ramírez y porque además mi mamá se iba a casar con un señor costeño y la música tropical a ella la mata. (de ahí me teoría sobre la costeña que no fui: recibí la craga simbólica de afecto que tenía mi mamá por la costa su música y demás.)
El siguiente recuerdo se remonta a las fiestas de 15 años a las que iba por esos días y en las que esos vallenatos de Escalona prendían la fiesta. También recuerdo que por esos días se puso de moda celebrar los quince con parranda vallenata. Recuerdo que Jaime Molina era un himno en mi colegio, un himno de amistad que se cantaba en las serenatas de los quince años.
Lo que viene ahora a mi mente es tal vez el recuerdo mas bacano que tiene que ver con la música de Escalona. Porque es que lo importante de este señor no es que se haya muerto, sino que se hizo inmortal con cada canción, con cada historia.
Esta remembranza ocurre en el año 93 o 94 tendría yo unos 15 o 16 años. Para esa época, por lo menos en mi recuerdo, estaba ya el primer disco de Clásicos de la Provincia de Vives que fue para mis papás lo mejor. Mi papá se sentaba a contarme que esas canciones eran muy viejas y que a él le gustaban mucho.
Perdón porque la memoria se mete por recobecos de los que a veces es difícil salir, a veces lo mínimo ahora es importante.
Recuerdo que varias veces yo llegaba a mi casa eso de las 6 de la tarde. La luz de la sala apagada y ese disco de Vives o el de Escalona puestos y mi papá y mi mamá aún juntos, abrazados bailando. Pero no crean que esto era un viernes o un sábado, no. Eso era cualquier lunes, miércoles. Ellos estaban felices bailando y a mi me daba una pena ajena indecible.
Esa música y ellos bailando me llenan el corazón me hace feliz verlos juntos en mi cabeza bailando La Casa en el Aire, El testamento,Pobre Migue, La Brasilera, El Mejoral, La Molinera o La Custodia de Badillo.
Lo bueno de recordar es que a uno nadie le quita lo bailado ¿cierto viejos?
3 comentarios:
Mariana tienes razón, lo importante es que con tus comentarios, nos hagas recordar cosas, que aún estando "ahí" se habían perdido en la memoria.
Al maestro Escalona, que en paz descanse.
Mariana definitivamente me hiciste recordar muchas cosas!!! en mi familia ocurría algo parecido... todos cantando las canciones de Escalona al son de las guitarras en una noche estrellada en Valledupar... ah momentos aquellos!!!
nanis bacanisimo, sobre todo para nosotras que sabemos que verlos bailar con la luz apagada cualquier dia, era lo maximo¡¡¡¡¡¡¡¡ademas de los intentos de mi papa por bailar con nosotras con su tumbao tan particular, bacano nanis¡¡¡¡¡
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