miércoles, 19 de agosto de 2009

Columna de Mariana Jaramillo: Lo que no fue no será

Como dice el dicho, no hay muerto malo ni novia fea. Esto se aplica al caso de Galán. Hoy todos dicen que habría sido el mesías y el salvador. Yo la verdad no sé. No puedo negar el impacto que fue para mi generación ver como la esperanza de este joven sensato se perdía. Hay que resaltar que Galán era un tipo visionario, inteligente pero tal vez para mí lo mejor de él era que parecía honesto. No sé qué hubiera pasado si… no lo hubieran asesinado y hubiera llegado a la presidencia como iba a suceder. Lo que está en las mentes de todos, es que él hubiera reformado el país para bien pero yo la verdad no sabría decir. De nuevo digo que para mi generación Galán era una esperanza renovadora de la forma tradicionalmente puerca de hacer política en el país, pero no sé si ya estando en el gobierno, hubiera podido mantener su ética en una época tan convulsa para el país. Yo esperaría que dado el temple que demostraba, pudiera haber mantenido su posición pero siempre me asaltará la duda.

Galán dejó una ideología, fue un ejemplo, pero en haber muerto radica su mito y su magia, y me perdonan la crueldad. Si el hombre hubiera sido presidente, hoy sería criticado, se le endilgarían varios desaciertos y no sería recordado como hoy. Su crimen fue una injusticia impune hasta hoy 20 años después, pero el hecho que hubiera muerto así no garantiza que su presidencia fuera la salvación, pues seguro tendría errores como cualquier mortal. Si hay que decir, como lo dice Felipe Zuleta Lleras en su columna, que su familia ha disfrutado de un exilio de embajador en París acceso a las mejores universidades, en fin, una serie de privilegios que obtuvieron por la sencilla razón de ser viuda y huérfanos de Galán, el mito. El estado queriendo remediar su negligencia en el asesinato, y posterior investigación, aún hoy inconclusa, además del sentimiento de culpa, se dedicó a darles beneficios que ellos inteligentes, han sabido capitalizar muy bien. Quién sabe si Galán habría estado de acuerdo con eso, jamás lo sabremos. Lo cierto es que la muerte de Luis Carlos ayudó a mitificar a un joven que desde tempranísima edad, demostró sus cualidades. Un hombre capaz de reformar un partido tradicional y de luchar con valentía por unas ideas que prometían un país mejor, más equitativo pero en especial, un país más limpio y más honesto. Me pregunto si Galán habría permitido la abominable Ley 100 ponencia de don Uribe allá por los 90, o si hubiera permitido la apertura económica tal como se dio. Jamás lo sabremos. Galán será entonces siempre un ícono de transparencia política y de renovación y lo que hubiera sido su presidencia y no fue siempre será un mito, una idea, una ilusión y harán siempre falta palabras para que describir lo que hubiera pasado si…

PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO

Columna publicada hoy miércoles 18 de agosto en el diario El Nuevo Día de Ibagué

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