DE NUEVO EL PALACIO DE JUSTICIA
POR: MARIANA JARAMILLO FONSECA
Cuando se cumplieron los 20 años también escribí sobre este acontecimiento sobrecogedor para mi generación. Hoy debo volver a hacerlo. En la toma y retoma del Palacio de Justicia, en noviembre de 1985, fueron visibles los guerrilleros y el ejército y absolutamente invisible el estado. Es bien sabido que Belisario, presidente de entonces, decidió no dar la cara por esos días y hasta hoy.
El caso del Palacio no es un caso fácil, aún hoy amenazan personas y víctimas por cuenta de lo que allí sucedió. En aras de la verdad, justicia y reparación, pienso que en el caso del Palacio hay que ver “más allá de lo evidente”. Para mí es claro que Plazas no es único y absoluto culpable de las desapariciones. Qué pena, pero un militar recibe órdenes de otros militares con mayor rango y también de civiles como el presidente y los ministros. Así que, por eso digo que en este caso hay que profundizar y reconocer a los otros implicados con rangos más altos y más bajos. Si bien Plazas Vega es yerno del ministro de defensa del gobierno de Belisario, general Miguel Vega Uribe, de todas formas no actuó solo. Fue una cuestión planeada, bien o mal, pero planeada de la que él formaba parte y debía actuar según esos planes y esas órdenes. ¿Dónde están entonces los procesos y condenas contra todos los militares que participaron en esa operación del rango que sean? De eso se trata también la justicia.
De todas las versiones que uno escucha, suena una muy duro y es que la policía y el DAS sabían de este atentado guerrillero desde días atrás. ¿Quiénes sabían? ¿Por qué no hablaron y por qué no están ellos, culpables por omisión, siendo juzgados? Hay que ver que ellos también deben formar parte del proceso. Me parece lógico, a diferencia de Uribe, que Plazas sea juzgado por la justicia ordinaria por el delito de desaparición forzada, delito de lesa humanidad. Es vergonzoso que el presidente salga a decir, luego de la condena que es un golpe contra las fuerzas militares, y que hay que crear un instrumento para protegerlas, cuando ellos ya lo tienen. Uribe debe callarse mejor y dejar que la justicia trabaje. Él pertenece a otra rama del poder que se quede trepado en ella.
Con respecto a lo del M-19 hay que decir primero que ellos vivieron un proceso de paz en el que dejaron las armas y segundo, no se puede comparar y mucho menos igualar, el ejército de un país con un grupo insurgente como fue el M-19. Así que desde mi punto de vista no ha lugar a que ahora se pida cárcel y otras cosas para ellos pues no se pueden revolver peras (ejército) con manzanas (guerrilleros), no tienen punto de comparación. Hay que indagar por qué desaparecieron esas personas los militares y donde las dejaron es fundamental para las familias. De eso se trata este asunto; de saber por fin la verdad y para ello se necesita que la gente que sabe cosas las diga, que se revisen los libros que se han producido a posteriori del hecho pues tal vez allí haya pistas. Me parece absolutamente lógico que la juez Jara llame al presidente Belisario y debería llamar también a jefes de la policía y del DAS y a ministros de la época como Noemí y Jaime Castro pues es seguro que ellos deben tener información valiosa. Además es que se trata de una cuestión de poner la cara simplemente. Espero que en algún momento se sepa la verdad y haya tranquilidad para las familias. Fortaleza para la juez Jara.
PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO
Columna publicada hoy miércoles 16 de Junio en el diario El Nuevo Día de Ibagué y en el portal de noticias www.noticias.com.co
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