La Historia del Pelo, la última novela del argentino Alan Pauls es divertida. Se propone armar una historia a partir del pelo de lo que significa tenerlo, cortarlo, no tenerlo y en especial, perderlo. Como en otras novelas suyas como La Historia del Llanto, sus personajes son pocos y se trata de voces claramente diferenciadas que se van cruzando y terminan unidas alrededor de una peluca. En esta oportunidad se trata de Celso un peluquero paraguayo que es un artista del pelo, Monti, el mejor amigo de colegio del protagonista y el veterano de guerra que vuelve a Buenos Aires luego de un exilio en París. A estos 4 los obsesiona a su manera el pelo, y terminan encontrándose porque una valiosa peluca que perteneció a una legendaria guerrillera, acaba de perderse y ya estaba vendida.
La novela está construida por frases largas que van haciendo la historia entre confusa y vertiginosa. El ritmo de la narración es a veces rápido y a veces lento, con grandes paréntesis de reflexiones íntimas de cada personaje sobre su vida y su relación primaria con el pelo.
Al empezar a leer la novela, no pensé que sus protagonistas fueran hombres fue un sorpresa. Me pareció extraña esa obsesión por lo que significa el pelo vitalidad, belleza y por lo que significa cortarlo, una especie de castración, de mutilación que aquí es más que física. Pareciera que para Pauls el pelo tuviera una relación histórica con sus personajes que vuelven a ser de los 70 una época que sin duda, funda los relatos de los argentinos sobre su país.
Los personajes son bizarros, obsesos, solitarios, metidos en sus conflictos espíritu-capilares. Solo encontrar a otro para quien el pelo sea tan importante garantiza un vínculo importante porque como en una secta se comparte ese secreto sobre el pelo.
Leer esta novela me costó trabajo. No me aburrió, simplemente me pareció que su ritmo y sus frases infinitas me agotaban como lectora, me llevaban a perderme en lo que sucedía. Por lo demás una novela innovadora que trata un tema aparentemente superficial como algo complejo y sublime para el ser humano. Vale la pena leerla porque de nuevo la prosa de Pauls es impecable. Debo decir que mientras leía esta novela sufrí una crisis capilar y estoy por cortarme el pelo como un hombrecito.
La novela está construida por frases largas que van haciendo la historia entre confusa y vertiginosa. El ritmo de la narración es a veces rápido y a veces lento, con grandes paréntesis de reflexiones íntimas de cada personaje sobre su vida y su relación primaria con el pelo.
Al empezar a leer la novela, no pensé que sus protagonistas fueran hombres fue un sorpresa. Me pareció extraña esa obsesión por lo que significa el pelo vitalidad, belleza y por lo que significa cortarlo, una especie de castración, de mutilación que aquí es más que física. Pareciera que para Pauls el pelo tuviera una relación histórica con sus personajes que vuelven a ser de los 70 una época que sin duda, funda los relatos de los argentinos sobre su país.
Los personajes son bizarros, obsesos, solitarios, metidos en sus conflictos espíritu-capilares. Solo encontrar a otro para quien el pelo sea tan importante garantiza un vínculo importante porque como en una secta se comparte ese secreto sobre el pelo.
Leer esta novela me costó trabajo. No me aburrió, simplemente me pareció que su ritmo y sus frases infinitas me agotaban como lectora, me llevaban a perderme en lo que sucedía. Por lo demás una novela innovadora que trata un tema aparentemente superficial como algo complejo y sublime para el ser humano. Vale la pena leerla porque de nuevo la prosa de Pauls es impecable. Debo decir que mientras leía esta novela sufrí una crisis capilar y estoy por cortarme el pelo como un hombrecito.
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