miércoles, 15 de julio de 2009

Columna Mariana Jaramillo Cuando de decidir se trata

Nunca será fácil tomar decisiones, pues de inmediato se sabe que decidir implica perderse de algo, dejar algo. Aunque uno tenga mucha claridad siempre existirá la sombra de la duda y la incertidumbre sobre el nuevo riesgo. Cuando se trata de tomar decisiones laborales la cuestión es aún más difícil porque se ponen juego aspectos importantes como la estabilidad económica, las posibilidades de crecer profesionalmente, la oportunidad de relacionarse mejor, entre otras cosas que hay que pensarse bien, con mucha calma, antes de que lleguen los arrepentimientos.

En el terreno laboral parece que la cuestión es de tomar riesgos. Pero con la situación que vive el país, siempre está el fantasma del horrible desempleo persiguiendo. Creo que al momento de tomar una decisión laboral hay que poner en la balanza muchos factores que son importantes en un trabajo, por ejemplo: los aportes de ese trabajo a la hoja de vida, aportes a la vida personal, posibles oportunidades de ese trabajo a mediano y largo plazo, que la nueva opción cumpla con mínimos como salud y pensión, entre otras cosas. Mientras se toma la decisión hay que pensar en la edad que se tenga y en lo que representa ese trabajo.

En estos momentos alcanzar trabajos estables, con condiciones dignas y que permitan el ascenso es una lotería. Por eso hay que empezar a balancear la situación y pensar en que tal vez arriesgar estabilidad por abrir el espectro de oportunidades y por hacer una hoja de vida más interesante, valga la pena. También hay que pensar en que cuando uno está en un trabajo con cierta estabilidad entra en una zona de comodidad de la que no se quiere mover. Esa situación es bien complicada porque la comodidad básicamente está dada por un sueldo y una rutina aprendida pero no por un trabajo que ofrezca más allá de eso, nuevo retos o responsabilidades que asumir.

La vida laboral se va construyendo en un proceso de depende de uno y de lo que uno quiera. Por eso hay que pensar en que tal vez un tiempo de estar en un trabajo en unas condiciones no tan buenas pero que ofrece grandes oportunidades de aprender es más valioso que estar en un lugar en donde solo existe la rutina y no hay oportunidades de crecer ni económica, ni profesionalmente.

La edad es un factor muy importante al momento de tomar una decisión laboral. Todos saben que con el paso de los años se va perdiendo valor en el mercado laboral por lo que resulta fundamental entonces, llenar la hoja de vida con experiencias que le den valor agregado a uno como producto que circula en el mercado. Hay que mirar con cuidado también las relaciones que se puedan hacer en el trabajo y que tal vez se conviertan en una plataforma para otros trabajos.

En definitiva, no es fácil tomar una decisión así y hay que pensar muy bien pero también tomar riesgos para luego tener ganancias. Mucha suerte para quienes están en disyuntivas laborales.

PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO

Columna publicada hoy miércoles Julio 15 en el diario El Nuevo Día de Ibagué

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