domingo, 18 de abril de 2010

La Envidia: evidencia de inferioridad


La envidia es un sentimiento humano que ha sido catalogado como uno de los pecados capitales. En la vida cotidiana, lidiar con personas envidiosas además de ser complejo es desgastante y puede ser peligroso.
Para quienes sienten envidia es una tortura permanente saber que los otros a quienes envidian tienen cosas materiales, cualidades emocionales o intelectuales que ellos no tienen. Esa frustración que produce sentir que esas posesiones no se alcanzarán hace parte de la envidia. Es claro que le envidia es un sentimiento negativo y destructivo que provoca acciones en contra de la persona envidiada. Esas acciones tienen una amplia gama. Van desde permanentes comentarios verbales que solo ponen en evidencia la rabia, la frustración, el resentimiento por no poder hacer, decir, verse, o tener lo del otro, expresiones faciales (verde de envidia) hasta daños a bienes (carros, casas, ropa etc) o llegar a hacer prácticas de magia negra que busquen la destrucción total del otro.
¿Por qué una persona es envidiosa? en el fondo de la envidia se esconde un sentimiento de incapacidad, de inferioridad, de resentimiento, de rabia y de impotencia. La persona envidiosa evidencia en sus comentarios sus carencias. Una gran característica del envidioso es que siempre negará que lo es y buscará artimañas y pretextos para negarlo pues el sentimiento es tan destructivo, que es mejor negarlo, pues de esa forma las carencias no se aceptan en sí mismo sino que se ponen en otro, es otro fuera de sí quien es el culpable. Una gran artimaña psíquica. La persona envidiosa también es una persona llena de temores que no se conoce, no se valora, no conoce sus límites y siempre se está comparando. Por eso su actitud siempre es altanera, grosera y a la defensiva, para compensar lo que no tiene sobreactuándose como muy fuerte.
El envidioso sabe que no es aceptado y por eso sabe camuflarse. Lo hace a través de una fingida alegría por los logros ajenos. Esos sentimientos mentirosos difícilmente pueden ocultarse en las expresiones faciales o en el tono de los comentarios. Es por eso que descubrir a un envidioso requiere de gran observación, de ojos abiertos y oídos despiertos. En pequeños detalles se descubre al envidioso, al que no tolera la felicidad ajena, esa persona que proyecta sus sentimientos de amargura en comentarios que, por lo general, buscan sabotear los planes ajenos, en quebrar la felicidad del otro, en evidenciar lo negativo de todo para hacer sentir mal a quien consigue las cosas. Pero esa actitud se explica en la baja autoestima de la persona envidiosa y en todas sus carencias que van desde cuestiones materiales básicas como comida, vestido, educación superior, hasta necesidades afectivas como amor de pareja, reconocimiento social por un buen trabajo, entre otras muchas cosas.
Es por lo anterior que la persona envidiosa es digna de lástima. Pero también es un ser de cuidado del que hay que alejarse y tratar de blindarse porque en medio de su frustración y su ira, son capaces de las peores bajezas.
Pero ¿cómo blindarse? Lo mejor es que, una vez identificada la persona envidiosa, hay que alejarse. Si eso no se puede hacer porque es alguien del trabajo, por ejemplo, lo mejor es guardar silencio, hacer caso omiso de sus comentarios, y siempre mantener buena energía y activar la conexión espiritual que cada quien tenga pues la dimensión espiritual fortalece.
Hay que evitar el contacto físico cercano con la persona envidiosa, creo yo, ya que están cargadas de cosas negativas en su mirada en su piel, y esas energías es mejor mantenerlas lejos.
En la red y en el conocimiento popular, hay gran cantidad de rituales, creencias y amuletos, para protegerse de la envidia. No sé qué tan efectivos sean, lo cierto es que hay que mantener la energía positiva y la conexión espiritual fortalecidas para evitar que la negatividad de esas personas haga efecto.
En este Link algunas cuestiones más sobre la envidia
Y Aquí otras cosas más