Día de la danza este miércoles 29: Mi nostalgia de no bailar

Desde 1981 y para homenajear al coreógrafo francés Jean George Noverre se institucionalizó el 29 de abril como el día de la danza. En Colombia esta iniciativa está apoyada por le ministerio de cultura y busca recordar que la danza es un elemento fundamental de las culturas, que las reafirma y que pone en evidencia una cosmovisión. Además la danza es la forma de mostrar con el cuerpo y con el movimiento, lo que se siente en el alma. Con la danza se descubre el propio cuerpo y el ajeno. La danza es un código, una forma de vivir en un cuerpo, una forma de acercarse a otro, de conocer a otro, un primer paso para sentir a otra persona.
En Colombia este día se celebró por primera vez en 1992 con una espectáculo de baile que duró 8 horas en el TPB en Bogotá.
El día de la danza en Bogotá se celebrará el miércoles 29 a partir de las 12:30 del día diferentes escenarios de Bogotá como plazoletas, parques, museos, habrá espectáculos de baile para todos los gustos. Además habrá conversatorios e improvisaciones de danza. También se lanzará el plan nacional de danza 2010-2020. La programación completa en todo el país puede verla aquí
Junto con el día de la danza, en Cali Colombia se lleva a cabo el III festival Internacional de Ballet desde el 26 de abril al 3 de mayo con la participación de diferentes compañías de ballet de Argentina, Cuba, México, España,Francia, Venezuela, República Checa entre otros. El festival incluye presentaciones de gala y altísimo nivel de las compañías de baile así como conferencias, talleres y presentaciones para niños. Vea más aquí
Con esta programación tan completa me invade la nostalgia y por eso el título de la entrada. Mi nostalgia por bailar es un sentimiento viejo. Quería ser bailarina y si hubiera seguido bailando tal vez hoy sería parte de una compañía. Pero las cosas fueron diferentes y del ballet solo me quedaron los recuerdos de muchas presentaciones, y algunas marcas en el cuerpo que ya no se me van a quitar y que me recuerdan esa época feliz. Ya no lloro cuando veo ballet por televisión pero siento mucha nostalgia. No es que no baile, claro que bailo y me gusta mucho, no se si lo hago bien, pero es lo que siento, lo que produce la música en mi alma. Por eso me encantan las bailarinas que pintó el impresionista francés Edgar Degas, porque me recuerdan la agilidad la mística que hay detrás de una disciplina tan exigente como la danza.
Espero que el miércoles 29 pueda irme a echar paso como corresponde. Este post va dedicado con cariño a mi amigo bailarín de tango en tacones, Juan David Monsalve Segura.